+ Fuego +

-El segundo extraño suceso ocurrió un mes más tarde. La situación parecía haberse calmado y ahora ya nadie dormía a la intemperie, sino en casas de madera y piedra.
-El segundo extraño suceso ocurrió un mes más tarde. La situación parecía haberse calmado y ahora ya nadie dormía a la intemperie, sino en casas de madera y piedra.
-El primero de los inexplicables hechos que acontecieron fue tan solo una semana después de acampar en el claro donde querían fundar la aldea.
-Algunas de nuestras familias llevan siglos viviendo en este pueblo —continuó Frei—, pues fueron antepasados de muchos de los que estamos hoy aquí quienes se asentaron por primera vez en estas tierras. Y más precisamente, tengo la certeza de que un antepasado mío estuvo presente en la fundación de Solem Montoro, a principios del año 797 de nuestra era.
Llevo diez años confinado, así que comprended que no me angustie demasiado la idea de que todo el mundo viva por unos meses lo que llevamos años viviendo nosotros. Estar encerrado no es tan malo… sobre todo ahora que sé que no somos los únicos.
De la conjunción de los Cuatro Elementos y sus protectores, emergen fenómenos climáticos y naturales, pero también surgen grandes plagas o epidemias. Y, como resulta evidente, este es el caso que nos ocupa en la actualidad.
De esas cuatro Emociones negadas y proyectadas, emergieron pues los Cuatro Elementos. Y a cada uno de ellos, como una representación externa de la bestia rechazada por la Consciencia que había aprendido a juzgar y separar, le fue atribuído un Agente responsable de manipular y gestionar su energía:
Es la Voz del Alma quien nos recuerda la Verdad a cada instante, aunque solo puedan escucharlo aquellos que están dispuestos a vaciar sus instantes y dejarlos en auténtico silencio. Ella evoca las verdades acerca de lo ocurrido y rememora, con cada nuevo aliento, la realidad de lo que somos y jamás dejamos de ser.
Y una vez fue creado el Cosmos y el Mundo de Midgard, aconteció la tercera división: la Consciencia escogió encarnar el Todo visible y palpable en detrimento de la Nada invisible e intangible.
Decisión que propició la cuarta y última división: la individualización del Alma a través de la constitución y multiplicación de cuerpos físicos, vehículos ideales para que los habitara el Ego, en su afán de posibilitar su supervivencia como identidad separada de la Divina Unidad.
Los Elementos son frutos de la materia, más sólidos y densos que las energías que los precedieron: las Emociones, fluidas e intangibles, y sin representación física en la materia. La primera de ellas, paradójicamente, dio lugar al No-Elemento: la Muerte.