+ Capítulo 1 – Imágenes +

Galería de Imágenes del primer capítulo
de la novela «El Sueño del Huérfano»
+ El Loco +

delirios de grandeza con cualquier persona que se cruzara en su camino»
La muerte de sus padres adoptivos, los únicos que lo acogieron… Esa era una de las razones que lo convirtieron en un muchacho triste, solitario e imprevisible: extremadamente tímido a momentos, radicalmente extrovertido y peligrosamente molesto en otros. Sin embargo, no era esa la única razón; y, sin lugar a dudas, tampoco fue tan trágica pérdida la que terminó motivando la gran animadversión que sentían sus vecinos hacia él.
+ El Huérfano +

con apenas seis años y sin ningún tipo de acompañante»
Un día, según me describieron, un cálido torsdag1 de inicios de primavera, un joven llamado Trud no salió a orar; o en otras palabras: faltó a su principal obligación como habitante de Solem Montoro.
35. Renacer a la Locura

la única posibilidad que le queda es abocarse a morir en su locura»
Y así fue como terminé siendo inmortal.
Incluso antes de recordar todas mis vidas… Mi cuerpo se inmortalizó antes de que lo hiciera mi mente y sus memorias. Y precisamente ese fue el paso que me arrancó de mi nueva y acomodada vida y me lanzó de lleno a la locura.
34. ¿Asesina?

En realidad, ni siquiera estaba herido»
Excepto por la sangre que aún bañaba mi camiseta y los surcos que había dejado su ensañado apuñalamiento, nada hacía sospechar que allí se hubiera producido un asesinato.
Para empezar, ni siquiera había cadáver… ¿para qué entonces molestarnos a buscar a la responsable de algo que no había ocurrido? En mi cuerpo no quedaba ni una sola herida, ninguna señal o golpe, ni un mísero moratón o cardenal.
33. Forzado a vivir

La Voz del Alma no se pronunció, pero tampoco lo hizo la Voz del Ego, que había enmudecido como nunca antes a lo largo de mi vida como Eric Lleiva.
Si visité algún lugar, no lo recuerdo. Por lo tanto no os podré revelar si existe cielo o infierno, ni siquiera si hay algo a lo que podamos llamar Dios.
B. Las Cuatro Divisiones

En el Ginnungagap no existe consciencia, ni tampoco percepción, por lo que nada está bien o mal, ya que ni siquiera existe algo que juzgar como bueno o malo, ni juez que lo perciba y pueda dictaminar dicha distinción.
El Ginnungagap es… pero ni siquiera sabe que es. Esta es la esencia de la Unidad: todo es Uno, nada existe por separado. Por lo tanto, nada puede distinguirse cuando no hay distancia entre aquello que observa y lo que es observado. No hubo percepción de la misma existencia del Ginnungagap hasta que aconteció la primera división.
32. ¿Cómo se muere?

Morí, simplemente morí. Y quizás os preguntéis: ¿cómo se siente la muerte? No se siente nada. No sé qué sintieron otros que pasaron por lo mismo… Por lo que a mi respecta, no sentí absolutamente nada. Menos que nada, ni siquiera el ligero vaivén de mi respiración apagándose.