+ Secreto divino +

la Gran Isla quedó prácticamente aislada de toda influencia ajena»
Con el paso de los años, y la perdición de gran parte de las dos últimas generaciones, muy poca gente —a excepción de los mismos marinos mercantes que comerciaban con Exsto Renascor— siguió conociendo la existencia de aquella insólita isla; pues se decía que solo aquellos que ya la hubieran pisado, embriagándose de la fragancia de su cautivadora vibración, podían seguir recordándola. Y ahora eran pocos, muy pocos, los antiguos vikingos escandinavos que no habían perecido en las últimas guerras en Inglaterra, al servicio del rey Harald Hardrade.